Este tipo de la fotografía de la izquierda tiene la llave de oro del ayuntamiento de Madrid, que recibió en diciembre de 2007.
Se trata de una muestra más del baile de máscaras que la geopolítica marca cuando no es carnaval.
Ahora, este tipo que plantaba jaimas en la Castellana y regaló un caballo al primer dirigente europeo que le visitó tras el levantamiento de las sanciones de la ONU a Trípoli en 2003…este elemento, se ha quitado la careta de payaso simpático.
Su cara real es otra. De momento, bombardear a los ciudadanos de su país con aviones de tecnología occidental; atacar a la población con las técnicas europeas y maquillar los daños con trajes de Armani. Fascinarnos desde la crueldad.
Es la balada triste de trompeta, la otra cara de un payaso mantenido en el status quo energético, en el miedo por mantener nuestro querido y hasta ahora estable nivel de vida.
(Ante el cerrojo informativo, la web global vocies nos intenta mantener al tanto de lo que ocurre al otro lado del mediterráneo. Sin olvidar otros grupos en redes sociales que, en inglés, nos animan a destapar el polvo debajo de la alfombra)
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