Archivo mensual: abril 2013

Wild Honey y el club de las canciones soleadas

Wild en la calleGuillermo Farré tiene 33 años, vive en Madrid y en el mundo de la música se le conoce como Wild Honey. Acaba de publicar «Big Flash«, su segundo trabajo y lo presenta, hoy, en el Teatro Lara de Madrid.

Hasta aquí, otra clásica noticia de la sección de Cultura sobre músicos poco conocidos y con flequillo. Sin embargo, para unos pocos, se trata de un acontecimiento de primer orden. Sobre todo para los que creen en las canciones bonitas, los finales felices y la alegría de vivir.

A primera vista, el tipo de música de Wild Honey no es fácil de clasificar. La prensa especializada ha multiplicado las etiquetas para referirse a su sonido: Sunshine pop, Bubblegum, Twee pop, Bossa Nova retrofuturista …etc. Sin rechazar ninguna denominación, Guillermo prefiere quedarse con «pop soleado con toques psicodélicos».

bigEs más sencillo de entender «el concepto» cuando explica que sus referencias clásicas de los sesenta son «The Beatles del ‘Álbum Blanco’, Beach Boys, Os Mutantes y The Zombies».

Ahora, después de cuatro años de silencio, Wild Honey publica «Big Flash» (Lazy Recordings/ Lovemonk 2013), álbum grabado en el estudio Sound Magic de Berlín, bajo la excepcional producción de Tim Gane, líder de la banda alternativa británica Stereolab.

«Tim Gane es uno de mis músicos favoritos de la historia. Logré hacerle llegar mi primer disco, le gustó y accedió a trabajar conmigo a pesar de no haber producido nada fuera de Stereolab. Eso sí, puso una condición: que nos conociéramos antes de comprometernos a nada. Viajé a Berlín, hablamos muchísimo de música, nos caímos bien y adelante», explica.

Este final feliz tuvo un inicio accidentado. Guillermo empezó a escribir el disco en los dos meses que estuvo de baja tras ser atropellado, como un turista despistado -Look Right-, al cruzar una calle en Londres. «El impacto del coche fue un poco el catalizador de todo», dice ya recuperado antes de cruzar, en verde, el Paseo de la Castellana de Madrid.cruce de calles

Como en su anterior disco, «Epic Hands Hakes and a Bear Hug» (autoeditado y financiado con unos pocos ahorros), Wild Honey vuelve a destilar unas melodías brillantes («Gothic Fiction»), unas composiciones suaves («The Kite and The Captain John») y un intenso cuidado por los detalles que refleja una potente y frondosa cultura pop.

Esta vez, además, se ha reforzado la base rítmica -ha contado con Diego Blanco a la batería- que hace más potentes las canciones y «le dan un aire más bailable».

«Con el nuevo disco tenía claro que quería dar más importancia a los ritmos y por eso me lancé a trabajar en un estudio con un productor», declara Guillermo, que reconoce que su primer trabajo -grabado casi por completo en su casa- pudo quedar «algo blando de sonido, al no querer molestar a los vecinos».

«En Big Flash he cuidado mucho los arreglos, tratando de que cada canción tuviera una personalidad concreta. Reproducir el disco en directo es complicado pero me acompañan seis músicos que, además, son amigos míos», dice el artista de cara a la presentación de mañana.

Wild Honey, que es un proyecto personal de Guillermo -donde él graba y toca casi todos los instrumentos-, se convierte en banda en las actuaciones en directo. Ello no impide que en el disco colaboren, entre otros, Anita Steinberg, cantante de Mittens -donde Guillermo es bajista-, Almudena Villalba, de Las Escarlatinas, o Javier Lorente.

Pese a unas canciones pegadizas y con encaje de calidad en las emisoras de radio, el salto de Guillermo a la clase media del pop – a la profesionalidad- no es fácil, según el artista.

«Es bastante inverosímil que pueda dedicarme cien por cien a la música en una situación como la actual. A parte de la crisis que afecta a todos, soy consciente de que por el tipo de música que hago, por elegir cantar en inglés (su primer grupo favorito fueron Los Ramones), o por la forma de distribuir mis discos a través de mi propio sello, no existe margen», explica.

Pero no hay lamentos. Cuando se componen canciones optimistas y soñadoras, siempre se puede llegar lejos o, por lo menos, disfrutar «haciendo música». De momento, Wild Honey es uno de esos secretos musicales para el disfrute de minorías, una dulce joya pop en la jungla de la música independiente.

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San Vinilo llega este sábado

RSDCOM2010vectorEl próximo sábado día 20 se celebra en casi todo el mundo el Record Store Day (RSD), la fiesta de las tiendas de discos independientes, una celebración de San Vinilo a la que España se suma por tercer año.

Durante veinticuatro horas una multitud de establecimientos minoristas propondrán música en vivo, descuentos y ediciones musicales exclusivas.

¿Qué es un disco de vinilo? ¿Qué es una tienda física de venta de música? ¿Qué celebramos? No son preguntas retóricas, muchos lectores han nacido en el planeta de las descargas digitales y desconocen el placer que rodea a ese objeto negro, redondo y que se mueve generalmente a 33 revoluciones por minuto.

El director de Record Store Day en España, Carlos Pascual, lo explica: «Estamos ante una iniciativa que nace en EE UU en 2007 para reivindicar el papel de las tiendas de discos y el soporte físico de la música, principalmente el vinilo, frente a las grandes cadenas de venta y la descarga de música por internet».

«Se trata de defender la figura del vendedor, conocedor y amante de la música y la calidez del vinilo como soporte«, añade con pasión melómana.

El RSD tiene una amplia repercusión en el mundo anglosajón. Artistas de la talla de David Bowie, Kate Bush o Paul Weller tienen previsto participar este sábado en la celebración aportando temas inéditos o actuando de forma gratuita detrás de un mostrador.

Este año, Jack White es el embajador oficial del festejo (el pasado fue Iggy Pop) y se le puede ver -con sombrero negro y corbata amarilla- en la página oficial del evento mostrando las bondades de una planta de prensado de vinilos en Nashville (Estados Unidos).

La fiesta no esquiva las dificultades por las que atraviesa este territorio musical. De hecho, la película oficial de este año es el documental ‘Last Shop Standing, de PipPiper, basado en el libro del mismo nombre de Graham Jones que repasa el ascenso, caída y renacimiento de las tiendas de venta de música.

En España, donde, según Promusicae, en su informe de 2012, la venta de música ha caído un 9% respecto al año anterior en todos los formatos, el impacto del RSD todavía no es masivo.

No hay que olvidar que la semana pasada, un estudio de la Universidad de La Rioja, dirigido por el sociólogo Andrés Cabello, arrojó un dato escalofriante: sólo un 1,3% de los jóvenes que han participado en el trabajo compra discos regularmente.

¿Quiénes son esos compradores? Según Jesús Álvarez, capo de la tienda madrileña Radio City, estamos hablando de «chicos de entre 30 a 55 años, aficionados al rock. La gente joven está muy fastidiada laboralmente».
Jesús Álvarez
Ello no impide que a la fiesta de San Vinilo acudan acólitos de la secta con ganas de divertirse. «El año pasado estuvo muy bien -comenta Álvarez-, hubo movimiento, la gente lo celebra. Esta edición contamos con la actuación de Yani Martinelli y otras sorpresas».

Según Pascual, que también dirige la emblemática Revolver Records de Barcelona, el RSD trajo, en 2012, la mejor facturación del año y, sobre todo, se vivió «una gran jornada con gran ambiente». «Es una cita que ya está marcada en el calendario», comenta.

Las actividades así lo demuestran. Sólo en la Ciudad Condal, participan siete tiendas y la Sala Apolo acoge un concierto de fin de fiesta con las actuaciones de Biscuit (con un repertorio especial de versiones para la ocasión), Fuckin?Bollocks y Gris-Gris Soul Society.Biscuit 120 01

También está la oportunidad de encontrar joyas perdidas de la historia musical española. Para esta edición, por ejemplo, el sello BCore ha recuperado al grupo Los Canguros, una banda mod catalana que tuvo en sus filas a Joaquín Felipe (de Fresones Rebeles y Cola Jet Set) y al prestigioso chef Sergio Arola. El disco se llama ‘Un Salto Adelante 1986-1990’ y contiene grabaciones todavía inéditas.

Casi 30 establecimientos de 15 ciudades españolas participan en esta combinación de música en directo y ediciones exclusivas. Otros locales minoristas plantean descuentos y abren sus puertas a los vecinos del barrio como si fuera ‘Brokeland Records’, la tienda de discos imaginada por Michel Chabon en su libro ‘Telegraph Avenue'(Mondadori).

«Si amas la música tienes muchas razones para participar en la jornada», comenta Álvarez con un punto de romanticismo. Y tiene razón. Como dijo otro escritor, el británico Nick Hornby, en su novela más popularAlta Fidelidad’ (Ediciones B), no hay que perderse esas tiendas con olor «a humo rancio, a humedad, al plástico de las cubiertas protectoras».

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Ellos desafían a las leyes de la industria musical

Ellos  no son ellos, son dos:  Guille Mostaza y Santi Capote, un dúo que responde al nombre de Ellos y que lleva 14 años facturando efervescentes canciones pop en los límites de la escena musical independiente.

Esta semana han lanzado «Lengua Viperina», primer sencillo de lo que será su quinto álbum y que ya se colocó el lunes como líder de descargas digitales en iTunes.portadaka

La canción nos traslada a los ochenta al publicarse también en vinilo y en formato maxi single. Según Guille, carismático cantante de la banda, se trata del primer paso «para desafiar a la leyes de la industria musical».

Ellos se explican: «Las compañías te piden un disco, después sacan dos singles y a esperar hasta el siguiente. Nos saltamos a la torera las normas de la industria. Vamos a sacar este año cinco maxis y un nuevo álbum que saldrá en octubre. Queremos probar a sacar canciones, sacarle jugo a nuestro trabajo».

Para ello, disponen de un manual «Juan Palomo» de la independencia radical: un estudio de grabación propio -«una inversión personal», dicen-, una gran creatividad, uso masivo de redes sociales y algún patrocinio que puede calificarse como mínimo de curioso. Sigamos.

Después de publicar «Cardiopatía severa» hace más de dos años y medio con la compañía distribuidora Pias (la más importante del Reino Unido), Ellos decidieron decantarse por la autogestión. Ese plan para conquistar el mundo pasa por ejercer de músicos, compositores, productores y técnicos de sonido, entre otras profesiones.

En esta línea de recortes a la europea, han reducido el grupo a la expresión de dúo. Quedan lejos los conciertos con un cuarteto de cuerda o las grabaciones con la Orquesta Sinfónica de Bulgaria. También «se acabó el lujo, el jet privado y la furgoneta cutre». Nuestros héroes viajan de gira en autobús de línea y no les va mal.

«Llevamos 80 conciertos por toda España viajando en autobús de línea. Somos dos y con las dos manos podemos llevar el equipo mínimo para hacer el ‘show'», dice Santi con autosuficiencia.

«Todo empezó por comentar en twitter que íbamos en autobús a los conciertos y a la gente le hizo gracia. Alguien propuso a ALSA el patrocinio y la compañía de transporte se sumó a lo que hemos llamado la gira ‘Indi'», comenta un combativo Guille, que espera abandonar esta forma de traslado cuando «el IVA baje del 21 al 8 por ciento».

MegaindependientesSi no bajan los impuestos, esta misma semana tienen seis horas de carretera de ida y otras seis de vuelta para tocar en A Coruña y en Santiago, un reto viajero que, sin duda, sabrá apreciar su público gallego.

Allí, el dúo presenta los temas de su nuevo maxisingle. La canción principal, «Lengua Viperina», un medio tiempo que recuerda a Miguel Bosé, nos traslada a los primeros Ellos, más tecnopop y melódicos.

Volviendo a edición del vinilo, editado por Clifford Records, Santi y Guille se marcan un homenaje a Los Burros y se lanzan a interpretar la popular canción «Huesos». También, y como mandan los cánones ochenteros, el maxi incluye dos versiones del single: una, remezclada por David Kano, y otra instrumental «por si se quiere cantar por encima y hacer karaoke», destacan.

Ellos esperan compaginar la gira «Indi» con el trabajo de estudio. Para junio, esperan lanzar el single «Aunque te rías de mí», «con impacto para ser la canción del verano»; el álbum definitivo, «que no tiene nombre de momento», estará disponible en otoño y otro maxi final en diciembre «con un tema navideño». Toda una estrategia agotadora.

Antes, la próxima semana, lanzan el vídeoclip de «Lengua Viperina». Como era previsible, su realización es casera. «Lo hemos hecho con este teléfono -señala Guille su smartphone-, lo hemos grabado en el salón de casa, sin pretensiones, es muy friki».

La autogestión también llega a las redes sociales: dos blogs personales («No paro en casa» y «El quimérico inquilino«), cuentas activas en twitter, Instagram, Facebook, Linkedin, «hasta nos hemos hecho de google+», cualquier cosa es válida para tener contacto con los fans.

Ante tanta actividad, algunos se preguntan cuál es la poción mágica que les permite mantener este ritmo. «Crear es un todo, nuestro grupo es un concepto global», dice Guille, que apuesta por la independencia como motor y alimento de su carrera musical.Foto de Kiko Huesca

Seguir así no va a ser fácil. Ellos, sin embargo, apuestan por Ellos. ¿Hasta cuándo? «Cuando empezamos el grupo nos hacíamos la misma pregunta y nos dábamos diez años. Ahora llevamos catorce. Mientras nos dé de comer y sea divertido. Nos vemos en el programa ‘Qué tiempo tan feliz‘ cantando y bailando con Teresa Campos». Risas

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Los Hermanos Cubero o la conexión La Alcarria-Kentucky

Fotografía  Jorge RuizLa inquietud por la música rural de EEUU y la pasión por los sonidos tradicionales de Castilla han obligado a los Hermanos Cubero a inventar casi un género: el bluegrass de la Alcarria. Con una guitarra y una mandolina, Enrique y Roberto trasladan el folclore ibérico a las praderas de Kentucky.

Y este puede ser su año. Para empezar este sábado muestran sus jotas y seguidillas en uno de los templos de la modernidad de Madrid: la sala El Sol. Después, a final de mes, junto a Lorena Álvarez y su banda municipal, participan en el festival «Romería y Desengaño» en el Centro Matadero de Huesca.

Pero dejemos la agenda un momento, para centrarnos en estos misteriosos hermanos, residentes en Barcelona, nacidos en Guadalajara y con el espíritu musical instalado en las montañas de los Apalaches. Rebobinemos.

Los Hermanos Cubero hacen música folk de raíz castellana de una forma muy personal. Para empezar, la tradicional dulzaina y caja, instrumentos clásicos del género, han sido sustituidos por una mandolina -que hace la melodía- y por una guitarra que se encarga del ritmo.

A este cambio hay que sumar la decisiva influencia de Bill Monroe, el padre del bluegrass, un estilo musical estadounidense del siglo pasado, cuyas raíces están en las canciones tradicionales de los inmigrantes irlandeses y escoceses acogidos en el Estado de Kentucky.

Calificados como una banda de «bluegrass castellano», Roberto, el hermano de la perilla y las gafas de pasta, no atiende a etiquetas.

«La tradición musical castellana es inmensa. Nosotros conocemos los ritmos, el sentimiento, pero lo que intentamos es capturar la esencia y hacer las cosas a nuestra manera. En el mundo actual, el uso de la música es muy distinto al que se daba antiguamente. Ya nadie canta cantos de siega o esquileo. Nuestro objetivo para mantener el sonido de la tierra es adecuarla al uso actual».

Esta actitud -«hacemos la música que sentimos»- les ha llevado a componer «Jota para Bill Monroe», dedicar una canción de aire country a la antigua profesión de mielero de la Alcarria, e incluso, reinterpretar el romance «La molinera y el corregidor» sin complejos y «como Dios manda».

el maestro AgapitoEl atrevimiento ha tenido ya recompensa. Un año después de su estreno como banda en 2009, Enrique y Roberto ganaron el II Premio Europeo de Folclore «Agapito Marazuela«, un prestigioso galardón que distingue la labor de difusión e investigación de las nuevas formas del folclore tradicional.

Aquel premio supuso dos cosas: una importante repercusión dentro del circuito de música tradicional y la financiación de su primer disco «Cordaineros de la Alcarria» (Autoeditado, 2010). «Si a los que tocan la dulzaina se les llama dulzaineros, nosotros tañendo cuerdas, seríamos cordaineros», justifica así Roberto el título del álbum.

Ahora -en su año-, están grabando su nuevo disco -de momento, autoproducido- que cuenta con la colaboración, entre otros, de Holly Odell, afamada violinista de Nashville que formó parte de la banda del gran John Hartford.

Junto a ello hay que esperar su estreno cinematográfico en la road- movie «La muerte en la Alcarria«, un proyecto de Travelogue Studio, en blanco y negro y paisaje castellano donde los Cubero son sus silenciosos protagonistas.

De cara al esperado buen tiempo y sus giras musicales, la pareja tiene en agenda algunos festivales que no quieren desvelar tanto de música tradicional como de aspecto más moderno.

«Nuestro circuito natural está en la escena de música tradicional/folk que es donde hemos tenido mayor repercusión, pero no seremos nosotros quienes nos pongamos límites», aclara Enrique, que destaca la acogida que tuvieron en 2011 en el festival «indie» Musiques Disperses de Lleida.

El dúo considera que en la escena folk española hay mucha gente haciendo cosas «increíblemente innovadoras» y que ellos, simplemente, «aportan una visión con composiciones propias» que, en algunos casos, se alejan del canon folclórico.muy caseros

Ataviados con trajes antiguos y corbata -«es una forma de respeto hacia el público», dice Roberto- el dúo camina por el Vallés bajo una fina lluvia de primavera. Afables, cercanos y sin miedos, los hermanos Cubero actualizan un cancionero histórico y lo trasladan a otras cordilleras y sonoridades más remotas.

Entretanto, la estatua de 2 metros de Agapito Marazuela que preside la plaza del Socorro de Segovia parece ladearse y su cara, en bronce, muestra una breve sonrisa de satisfacción. Está claro, nunca imaginó que su cancionero cruzara los Apalaches.

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