Por Alberto Gómez (Tribuna Niusblog)
Ya hemos perdido la cuenta. El Mundo, EFE, Adn, la SER, Público… Y unos cuantos más que cuesta recordar. Y unos cuantos más que llegarán. Seguro. Porque a casi nadie le importa. Aunque en público todos se llenen la boca con expresiones que nos sabemos de memoria, en el fondo sabemos que les da igual. Que les damos igual.
Que les da igual que el periodismo esté desapareciendo. Que se esté empobreciendo. Que lo estemos condenando. Por eso miran para otro lado.
Pero ahora imaginemos por un momento un día sin medios. A todos esos que nos acusan de que reproducimos los mensajes que nos llegan de partidos o entidades. A aquellos que creen que no vale la pena pagar por 64 páginas. A los que creen que solo hay publicidad o manipulación. A todos les planteo un día sin medios.
Y entonces no sabrán si finalmente hay huelga o no de trenes. No leerán la crónica del partido que no pudieron ver. No sabrán en qué se gastan el dinero nuestros políticos. Ni podrán imaginar exposiciones lejanas porque tampoco habrá fotos. Nadie se emocionará con el relato de un atentado, de un accidente en el que hubo sobrevivientes o del hallazgo de una persona al que su familia daba por perdido para siempre. E irán más desorientados al cine porque tampoco habrá críticas.
En el coche nadie los ayudará a distraerse o a evitar la autopista más colapsada. Que se olviden de reírse con esas viejecitas encantadoras que salen en la tele poniéndole buena cara al mal tiempo. Y si el día sin medios cae en 22 de diciembre, no habrá quién llore ni con los niños de San Ildefonso ni con la gente humilde que no se cree que les haya tocado la lotería.
Porque hacemos un trabajo mejorable. Porque nos falta autocrítica y nos sobra ego. Porque abusamos de imágenes violentas y cantamos a la hora de seleccionar la información política y deportiva. Porque se lo hemos puesto fácil a más de uno para que se aburra de comprar el diario o para que deje de encender la tele o la radio.
Pero los hay que trabajan de manera decente. Cada día es fácil dar con tipos que logran elaborar dosis de información de la buena. Rigurosa y acertada. Por eso vale la pena indignarse con tanto ERE, tanto cierre, tanto becario explotado y tantas facturas sin pagar. Por eso vale la pena seguir pensando en un mundo con periodistas.
Un día sin medios sería un día muy triste. Créannos.