No ha resistido la presión. Todos contra Zapatero.Al final queda resentimiento. Han pasado siete años ya. Cuesta recordar porque ZP preside el gobierno -ahora- de España. Las causas, los porqués, los otros.
Se critica su optimismo, su buena fe y su alianza de las civilizaciones. Se critica su radicalismo ¿? Se va.
Nos molesta su punto víctima, su estilo guay de provincias, su madurez disimulada. Se odia todo lo que le hizo atractivo no hace mucho.Su optimismo patológico. Muy imitado.
Pero el hecho de que todos -sindicatos, patronal, oposición, prensa, automovilistas, banqueros, clero y etc…- estén sorprendentemente de acuerdo a la hora de despedirle/ mandarle a la calle, nos mosquea. Nos paraliza.
No todos podemos estar de acuerdo. Podemos coincidir al criticar su ignorancia económica; discutir sobre sus prioridades y su falta de memoria. Podemos -como se dice en España- «ponerlo a caldo». Pero no podemos coincidir con aquellos que quieren cortar derechos, cercenar servicios o invitarnos a limpiar la mesa, su mesa.